Como sabemos, todo nuestro ser es energía, es materia que contiene, genera y transforma energía. Nuestros músculos, nuestro sistema nervioso y cerebral necesitan de impulsos eléctricos para funcionar, así como de temperatura o calor que no es otra cosa que el resultado de una actividad energética. La energía fluye por nuestro cuerpo y nuestros órganos como fluye por el resto de los seres o cosas de la naturaleza, proveyéndonos de las funciones vitales para nuestra existencia, pero si algún punto de nuestro cuerpo no funciona correctamente, hemos sufrido una lesión, por ejemplo, o algún tejido no se encuentra al 100%, simplemente, por el desgaste o el paso de los años, la energía seguramente no fluya como debería por ese punto, al igual que la sangre o el oxígeno. Los tratamientos con indiba, harán que nuestro cuerpo lleve un aporte extra de energía a aquellas zonas que más lo necesiten . Por otro lado, la diatermia, o aumento de temperatura en un punto localizado, hará que la sangre fluya mejor por ese punto, así el oxígeno llegará mejor y nutrirá ese punto, y como resultado, el órgano o tejido sanará rápidamente, rejuvenecerá y mejorará sus funciones. De esta manera, los tratamientos con indiba son recomendados y obtienen resultados extraordinarios en tratamientos de recuperación muscular, de cicatrización o postoperatorios, de rejuvenecimiento de la piel y los tejidos, en casos de artritis, osteoporosis, parálisis, o cualquier afección que cause inflamación y dolor, etc… En definitiva, un tratamiento con indiba será altamente eficaz, allí donde el cuerpo necesite un apoyo extra o aumentar sus capacidades de trabajo. Los resultados en tratamientos de rejuvenecimiento son sorprendentes, ya que después del tratamiento, la piel irá luciendo cada día un poco más tersa y más elástica, en casos de recuperación tras una intervención, una herida o lesión, nuestro cuerpo se repondrá rápidamente y los tejidos y músculos recuperaran su tono y salud mucho más rápido.